Cogiendo fuerza,volando alto,surcando el cielo...









Cuando el hielo llamó a la puerta.


Verano del 64. Como todos los veranos, la familia Fernández bajaba a pasar el calor de la ciudad al húmedo pero menos caluroso, Cecina del Campo. 



Pero sin embargo, ella no estaba como todos los veranos, este era diferente. Allí seguía en una esquina del pequeño jardín de losas en el suelo. Altos y espigados troncos de Brasil, verdes helechos de anchas y esbeltas hojas, y enormes jardineras de traviesas de tren, que a duras penas se veían por culpa del gran esplendor de la frondosa y florida madre selva que lo cubría todo. Allí permanecía; seguía preta, congelada y fría, muy fría. Ni el cambiar de estación le hizo despertar de su letargo. Seguía allí, taciturna. Su energía interior no había conseguido proyectar su calor para derretir esa cápsula que la paralizaba. Tal vez los rayos del sol   la calentarían lo suficiente para poder despertar antes de que volviera el invierno...Tal vez.

Mientras tanto... Las demás tortugas, comiendo. Unos pequeños brotes de lechugas y espinacas las hacían salivar de placer. 

Tempus Fugit

Suena el despertador, las siete menos cuarto de la mañana. Deprisa y corriendo Carlos se levanta de su cama, va hacia la cocina y allí prepara el desayuno. Sin tiempo casi para desayunar, entre mordisco y mordisco del bollo prefabricado del Mercadona, se va poniendo la ropa, se peina y se echa colonia. A las siete y media tiene que fichar en la oficina. Corriendo sale de casa sin apenas escuchar a su vecina, solo ha oído un hola.
Ya en el bus, su compañera  de asiento le va contando sus problemas, pero el ni le mira ni le escucha. Solamente desliza sus dedos sobre la pantalla de su móvil, y de vez en cuando va soltando un “aha” o un “entiendo” .
Suena el timbre en las oficinas, señalando la hora del almuerzo. Todos se levantan de sus departamentos y con paso firme, sin perder ni un solo segundo, van hacia el cuarto del almuerzo. De repente allí suena un fijo, un teléfono que siempre ha estado callado y que nunca tendría que sonar. Alguien lo descuelga y escucha con voz nerviosa y entrecortada preguntar por Amelia. Le pasa el teléfono y al momento Amelia comienza a llorar como si le hubieran robado la vida. Su hijo se ha muerto, no ha podido soportar el transplante de pulmón que le habían hecho ayer por la tarde en el Miguel Servet.
A Carlos se le desencaja la cara, no tenia ni idea de lo ocurrido. No tenia ni idea de que en el bus del trabajo Amelia, su compañera de asiento, le estaba contando sobre el estado de su hijo para desahogarse mientras el en vez de escucharla, solo la oía entremezclada con el sonido de las teclas de su móvil

Veranos que jamas olvidare, aqui en La Cuesta.

Sentir en la pierna como una diminuta ortiga te clava sus hojas, salir a la calle a tu libre albedrío, sentir la naturaleza al jugar con ella, investigar cada rinconcito, aprender con campeones luchando por vivir. Oler  la gran cantidad de aromas de las rosas, azucenas, dalias y hierbabuena…

Unos días aquí en La Cuesta dan para mucho, y mas cuando eres apenas un niño que la vida es tan pura y tan nueva para todos nuestros sentidos. Ahora todo es diferente, mas magnificado. Cada lugar me abre las puertas a mil y un recuerdos, sensaciones y sentimientos. Si la magia existe, la tienen bien guardada aquí en La Cuesta.

Volver a sentir la presencia de mi tío Emiliano, junto a la gran personalidad de mi tía. Y es que, me he dado cuenta que soy una persona bastante espiritual, que doy mas valor a lo que no se aprecia a simple vista que a lo que si. Quizás esta tierra de Soria me hizo ser así, quizá todo lo vivido… no se. La cuestión es que esta tierra llena de libertad, de amor, infancia y vida (Porque si, aunque siempre hayamos sido los únicos habitantes de esta villa, menos ahora, siempre ha estado llena de vida de una forma u otra) Este trocito de Soria tiene algo que me llena por dentro, algo difícil de explicar con palabras. Este pueblecito me envuelve el corazón  haciendo que palpite mas deprisa, mas contento, mas feliz.

La Cuesta. Mi pueblo de verano, un gran trocito de mi vida esta encerrada aquí, y siempre disfrutare como el niño que llevo dentro cada vez que pueda volver a ti.


Conservas en tarritos de cristal



La antigua cocina de la abuela Felisa, llena de tarros de conserva. Con ese aroma característico; vapores de Kas de limon, siluetas en el aire con formas de caseras palomitas...
Las tardes en la ya vieja acequia de las escuelas, viajando entre aguas. Disfrutando de nuestro "Aquapark" particular... olía a humedad, tierra, rizomas.
Las viejas vacaciones con Ramon y Pilarin. Esa mezcolanza de aromas a sal, perreros, azúcar.
Olores a pacas de paja, sisallos, a rio. Aromas de victoria. Fragancias de derrota.
Guardar un aroma y poderlo disfrutar luego, aspirando fuerza a sorbitos. ¿Magico verdad? Imagina una gran estantería de madera, una enorme, llena de baldas y baldas hasta el techo. Millones de botecitos de cristal como con brillantes polvos de hada en su interior. Billones de recuerdos. Cada esencia en su tarrito encerrada, cada una organizada alfabéticamente y con su epitafio rotulado. Somos recuerdos, sensaciones, cadenas de guanina...

Como me encantaría tener un almacén de ratitos cerca mio, escoger un tarrito al azar, abrirlo e inhalar su fragancia hasta desmallarme por sobredosis de placer.

Efecto domino


Hay momentos en los que se nos aprieta tanto el alma, que necesitamos unos instantes de recarga. Unos pequeños segundos de positivismo para poder tirar p'alante. Esencias para poder encontrar el sueño, para sonreirle al miedo y al precipicio de la vida. Ojalá los raticos de vida cupieran en un bote. Ojalá que la vida nos diera victoria tras victoria... ¡Ojalá! Pero la vida es demasiado puta y jodida. Nadie dijo que seria fácil vivirla, pero hay momentos en los como si de un efecto domino se tratase  la vida golpea una ficha, y caen todas en serie deshaciendo  todo a su paso, el dolor desciende de ficha en ficha y parece que no acaba. Golpea y golpea a cada una, se abrazan, se sienten y aunque duela esas fichas se quedan con eso; cariño y recuerdos, fotos y momentos, frases y palabras... Percepciones con las que tirar adelante, y seguir viviendo. Partida tras partida, venciendo las mas veces posibles por las que faltan y por las que están. Todas orgullosas, todas aprendiendo de la ficha fuerte. De la ficha mas ejemplar del estuche, el seis doble, que aunque ya no este, siempre estará en todos.

Your strength will be our gain.

Tras mi ventana






Hace unos días que observo,
que tras mi ventana, sigue el mundo.
Pasan las horas …
Se detiene el ritmo.
Tras mi ventana, otra a lo lejos.
Iluminada en la penumbra.
Juventud que vela,
y vejez que duerme.
Curiosa similitud,
la que nos concierne


Tras mi ventana, casi esta la tuya

Hay momentos que llenan el alma.




Hoy ha sido un día de esos importantes. Un día para el futuro, para guardarlo en una enorme cajita y poder abrirla de vez en cuando para sentir su magia.
La mañana no empezaba bien, llovía... y después de tantos días esperando, ha sido un poco triste. Por mi cabeza han pasado muchas cosas, la mas grande; tristeza. Pensar que todo lo imaginado se iba a ir al traste por unas putas gotas, me ha fastidiado bastante. 
Pero finalmente la lluvia no ha podido con la ilusión de unos voluntarios y unos niños que son un amor. Hemos comido roscón como el día de San Valero merecía, y un tazón de chocolate, hemos pintado, bailado y nos lo hemos pasado en grande.
Era mi primer dia, tenia muchos nervios, mucho miedecillo por llamarlo de algún modo, pero al final me he quedado con ganas de mas, irremediablemente tendré que esperar un mes para volver a disfrutar con ellos.

Gracias por enseñarme este camino Araprode.

Un buen 2013



Hace tiempo que no volaba de nuevo  hasta mi nido…
Hoy que la inspiración ha encontrado un rinconcito, para recordar y hacer balance, para recobrar y sentir. Para hacer memoria, lo aprovecharemos.
Ha sido un buen año en todos los sentidos. Ha habido cosillas malas, lógico y normal, pero en mi balanza pesan mas los buenos momentos y los malos convertidos en aprendizaje.
Un verano un poco “trágico” en su comienzo, pero con mejor sabor de boca al finalizar. Un verano del que aprender de lo malo, sacar su parte positiva y aprender. Un verano en el que intentar enmendar errores del pasado, cosa de la que estoy súper contento. Ella también… esas cosas se notan.
Un verano de Andiamo a Roma, que mes a mes, ha ido abarcando todas mis energías.
Un verano de saber, que deja paso a cuatro últimos meses, fuera de mi pueblo, mi día a día, fuera de mi antigua rutina…
Cuatro últimos meses de ilusión, aprendizaje, desarrollo y felicidad. Os Zagales y Andiamo a Roma, destino final.
Cuatro últimos días del año fuera de España, distintas culturas, distinta gente, nuevas aptitudes, y desarrollo social.
2014… puedo crear un gran año, empezando por esa cosilla que llevo en mente, y de la que unas lineas bien planteadas me separan, y es que de momento aun no salen las palabras, pero el tiempo y la ilusión las encontrara.

Tantos ratos buscando, y de repente aparece ahí, delante de tus ojos, gracias a un simple “me gusta”.




Que ha significado para mi y para mi grupo, Andiamo a Roma.

Han pasado ya 7 meses desde que empezamos esta aventura, cuyo final cada día esta mas cerca.
Mi grupo, formado por: Mapy, Asun, Carmen, Pedro, Gonzalo, Andrea, Ricardo, Laura y un servidor,  comenzamos con este proyecto muy ilusionados y lo estamos terminando aprendiendo muchísimo, mas de lo que pensábamos.
De las actividades generales que hemos realizado, nos llevamos un gran sabor de boca. Hemos ayudado a gente consiguiendo algo que llevarse a la boca, a el medio ambiente. Hemos experimentado lo que es estar detrás de la barra de un bar, aprendiendo a echar cañas y sacando nuestra mejor sonrisa con cada cliente.
Las actividades de nivel recaudatorio:
Porras, loterías, cestas, bingos… nos han enseñado que siempre hay que tratar a la gente con respeto, que aunque nos llevemos muchos desplantes, la toalla no se tira nunca y que aun queda mucha gente con un corazón enorme.
Con todas ellas, hemos ganado algo mas que dinero.
No me quiero olvidar de las sesiones de cine en Gelsa y aquí en Velilla, de esos ratillos que hemos pasado y seguimos pasando haciendo nudos y nudos la mar de entretenidos, creando pulseras, para después venderlas.
Pero sin duda de lo que mas contentos estamos es de las actividades sociales. Nunca un grupo de jóvenes había dinamizado tanto nuestros pueblos, como lo hemos hecho nosotros. Hemos jugado, reído, pintado la cara, y nos hemos mojado en las gymkhanas que hicimos para fiestas.
Hemos despertado al pueblo empapelando calles para que sacaran la mas grande de sus sonrisas de buena mañana. Algo tan insignificante como una frase positiva puede alegrar el día a cualquiera, y solo por eso, mereció la pena echarnos ese día un poco mas tarde a la cama.
Hemos recogido ropa, juguetes, zapatillas y una cuna, junto con los ayuntamientos de nuestros pueblos. Este invierno toda esa gente que casi no tiene ni lo básico, no pasaran frío en estos días tan frescos, tendrán juguetes con los que disfrutar como lo que son, un sitio donde poder dormir o un calzado a estrenar, aunque para nosotros ya sea viejo.
Nunca pensamos que llegaríamos tan lejos como para salir en la tele, y es que nuestro blog, ha llegado hasta muchos rincones de nuestra comarca, incluso de España.
¡Que vergüenza pase ese día!
Pero mereció la pena, de ese taller en el que nos grabaron elaborando el jabón de tajo, hemos sacado algo mas que jabón.
Aprendimos tradiciones, que ya casi se están perdiendo, sociabilizamos con personas con las que quizás no estamos acostumbrados a tratar día a día, aprendimos los unos de los otros y disfrutamos de una tarde diferente con un objetivo conjunto, ayudar económicamente a la Cofradía con la venta de ese jabón.
Resumiendo este proyecto nos ha hecho crecer como personas, a la vez que nos lo hemos pasado en grande, y que finalizaremos en otro país, con otras gentes, y otras culturas y aprendiendo, que eso es lo importante, aprender.
Y para terminar en mi nombre, y en nombre de mi grupo no nos queremos olvidar de ti Jesus. Muchas gracias por encauzarnos y animarnos en los momentos difíciles. Sin, ti no hubiera sido igual.

Ella.

Hay conversaciones que me hielan, que me matan por dentro. Escalofríos que recorren mi cuerpo como dejándolo bajo cero y paralizándolo. Hay conversaciones con ella, en las que solo al escuchar esa palabra; el dolor, la angustia y el miedo brotan de mis ojos. Como afilados cristales que rasgan su paso. No hay mas sangre en esos momentos que lo que expresan sus labios, y solo la esperanza disfrazada en media hora, esboza una leve e irreconocible sonrisa en su cara, que no tarda en desaparecer por sus lágrimas. Y con el  mas que desgraciado presente, todo se retroactiva en su cabeza.